El Movimiento Laudato Si’ se une a la Iglesia universal para dar la bienvenida al Papa León XIV. Su elección abre un nuevo capítulo para la Iglesia y para nuestra misión compartida de cuidar nuestra casa común. Con humildad y esperanza, recibimos este momento como una invitación a profundizar nuestro compromiso con la conversión ecológica y la paz.

La elección de su nombre es significativa. León XIII fue un hombre que rompió moldes y centró la atención de la Iglesia en los problemas sociales de la época. Nos llamó a prestar mayor atención a la Doctrina Social Católica mediante la publicación de Rerum Novarum. Con su nombre, el Papa León XIV señala su intención de continuar los pasos del Papa León XIII y del Papa Francisco como un líder centrado en las cuestiones apremiantes de nuestro tiempo. 

En su época de presidente de la Pontificia Comisión para América Latina y Prefecto del Dicasterio para los Obispos, el Papa León XIV dijo que, en lo que se refiere a la crisis ecológica, es hora de pasar “de las palabras a los hechos”.

El Papa León XIV se une a antiguas tradiciones en el cuidado de la creación. Ya en 1972, el Papa Pablo VI comenzó a hablar de la emergencia medioambiental, y tanto el Papa Benedicto XVI como el Papa Francisco le han dedicado un considerable esfuerzo magisterial. Durante décadas, obispos, religiosos, religiosas y teólogos han hablado de la urgente necesidad de interpretar nuestra fe a la luz de los signos de la crisis planetaria. 

En el Movimiento Laudato Si’ acogemos con gran satisfacción la guía del Espíritu Santo al elegir al Papa León XIV para que acompañe a los líderes de nuestra Iglesia sinodal en este momento crucial de la historia. Estamos deseando avanzar con él en nuestra misión por la justicia climática y ecológica.

Rezamos por el Papa León XIV en el inicio de su pontificado y lo acompañamos en su servicio a Dios, a la Iglesia y al mundo. Que su liderazgo se haga eco del clamor de la Tierra y del clamor de los pobres. Y que todas las personas de buena voluntad encuentren en este nuevo comienzo una llamada renovada a proteger el don de la creación.