
Animadores Laudato Si’ en el Complejo de las Naciones Unidas en Nairobi durante la Reunión Preparatoria de la Sociedad Civil para la Cumbre del Futuro.
El futuro de nuestro planeta y el bienestar colectivo de la humanidad acaban de dar un paso importante. En la recién concluida “Cumbre del Futuro”, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el “Pacto para el Futuro”, un acuerdo histórico que aboga explícitamente por la eliminación progresiva de los combustibles fósiles. Para muchos de los que formamos parte del Movimiento Laudato Si’, se trata de una afirmación de lo que llevamos mucho tiempo defendiendo: un compromiso claro y global para abordar la crisis climática desde su raíz.
Firmado por los 193 países miembros de la ONU, establece 56 amplias medidas para hacer frente a los mayores desafíos del mundo, desde el fortalecimiento de las asociaciones para hacer frente a los mayores problemas del mundo a la mejora de la prevención del uso indebido de la tecnología, pero en su corazón es una reafirmación del compromiso del Acuerdo de París para hacer frente al cambio climático. Hace hincapié en la necesidad de triplicar la capacidad de las energías renovables y duplicar la eficiencia energética de aquí a 2030, al tiempo que se aceleran los esfuerzos para reducir progresivamente la producción de carbón.
La ONU también animó a los países a eliminar las subvenciones a los combustibles fósiles “lo antes posible”. Esto es crucial, ya que seguir subvencionando los combustibles fósiles equivale a invertir en un pasado moribundo a costa de un futuro sostenible. El énfasis en las energías renovables y la eficiencia es exactamente lo que necesitamos, y está estrechamente alineado con Laudato Si’. También está en consonancia con la visión del Papa Francisco de una economía y un sistema energético que realmente sirvan a las personas y preserven nuestro hermoso planeta.
Una Prueba para el Verdadero Liderazgo Climático
El resultado de la Cumbre del Futuro no es solo una victoria política, sino también moral, que nos recuerda las palabras del Papa Francisco en Laudato Si’: “Sabemos que la tecnología basada en combustibles fósiles muy contaminantes –sobre todo el carbón, pero aun el petróleo y, en menor medida, el gas– necesita ser reemplazada progresivamente y sin demora”. Debemos seguir dialogando con todos los países, especialmente con aquellos cuya riqueza se ha producido a costa de nuestro clima, mostrar un verdadero liderazgo poniendo fin a la dependencia de los combustibles fósiles y apoyar a las naciones en desarrollo en su transición.
Esperanza y Acción: Mirando al Futuro
Mientras celebramos este momento de esperanza, también debemos reconocer que nuestro trabajo dista mucho de haber terminado. El Pacto para el Futuro marca una dirección, pero serán nuestras acciones persistentes y coordinadas las que harán realidad esta visión. Trabajemos juntos para garantizar que la “acción de seguimiento” no sea una mera sugerencia, sino un mandato del que hagamos responsables a nuestros líderes. El futuro que imaginamos -un futuro en el que las personas y el planeta prosperen en armonía- empieza ahora. Con la adopción del “Pacto para el Futuro”, tenemos un mandato global. Ahora, depende de nosotros garantizar que este mandato se convierta en acción, y que el compromiso de eliminar los combustibles fósiles progresivamente se convierta en una realidad inquebrantable.