Abril 2025
Guía Mensual de Oración
Por el uso de nuevas tecnologías que respeten los ritmos de la naturaleza
Página editorial

El Triduo Pascual nos conduce a través de la Pasión y Muerte de Cristo hasta la radiante alegría de la Resurrección. La Pascua renueva nuestra esperanza: la luz vence a la oscuridad, el amor vence al miedo y la vida se restaura. Al igual que Cristo resucita, también nosotros estamos llamados a la renovación, abrazando la creación con gratitud y cariño.
Esta guía de oración, para uso individual o colectivo, ofrece reflexiones y testimonios de nuestra familia global para rezar, contemplar, reflexionar y actuar por nuestra casa común.
Este año celebramos el 10º aniversario de Laudato Si’, nuestro movimiento, y los 800 años del Cántico de las Criaturas—hitos que nos recuerdan que debemos vivir en armonía con la creación.
Guiados por las intenciones de oración del Papa para 2025, buscamos el valor para actuar, la fuerza para amar y la esperanza para construir un futuro mejor. Que la alegría de la Resurrección nos inspire a ser signos vivos del amor de Dios por toda la creación.
Escuchar el canto de la creación
Intención del mes:
Por el uso de nuevas tecnologías que respeten los ritmos de la naturaleza
Cita del mes:
“¡Basta un hombre bueno para que haya esperanza! La tradición bíblica establece claramente que esta rehabilitación implica el redescubrimiento y el respeto de los ritmos inscritos en la naturaleza por la mano del Creador” LS 71.

Por una casa común justa, habitable y sostenible

Por Daniel Castellanos Velasco, religioso Misionero del Espíritu Santo
Dios misericordioso y Creador de todo,
Te alabamos por el don de la tierra, hogar
de tantas formas de vida
Casa común de pueblos, culturas y especies de vivientes
La hemos convertido en un lugar injusto
Algunos consumen y contaminan más que otros
Los más pobres enfrentan los mayores impactos del cambio climático.
Por eso, te pedimos
Ayúdanos a alcanzar la justicia climática y ecológica
Que nadie tome para sí lo que pertenece a todos
Que repartamos con equidad los bienes del mundo
Que, con una vida simple, testimoniemos
que la tierra es hermana y madre de todos
Que respetemos sus ritmos de regeneración,
para que sustente a todos los
vivientes de la generación presente
y las generaciones futuras
Amén.
Escuchar el Clamor de la Creación

Reflexión mensual para profundizar en nuestra conversión ecológica
Mi camino hacia Laudato Si’ como animadora
Hna.Cristita de Leon, MSSC, Hermanas Misioneras de San Columbano, Animadora Laudato Si’, Mandalay, Myanmar
Soy la Hna. Cristita de León, una misionera colombina filipina que trabaja en Mandalay, Myanmar, desde 2015. Durante cinco años, me dediqué al diálogo interreligioso enseñando inglés en un monasterio budista, fomentando el entendimiento y la solidaridad entre comunidades religiosas. Sin embargo, cuando estalló la pandemia del COVID-19, mi misión tomó una dirección nueva e inesperada, una que profundizaría mi compromiso con el cuidado de nuestra Casa Común.
Un despertar personal: Las heridas de la destrucción medioambiental
En 2020 me convertí en Animadora Laudato Si’, un camino que me llevó a reexaminar la dolorosa realidad de la historia de mi propia familia. En 2001, un proyecto de control de inundaciones iniciado por nuestro gobierno local alteró el curso de un río, devastando nuestras tierras agrícolas. Lo que había sido una fértil fuente de sustento durante generaciones quedó sepultado bajo capas de arena, dejando a mi familia impotente y resignada a nuestro destino. En aquel momento, no nos cuestionamos lo que había ocurrido, simplemente lo soportamos.
Pero a medida que profundizaba en mi comprensión de la crisis ecológica, vi que nuestra pérdida personal se reflejaba en una realidad mucho más amplia y global: las acciones humanas -impulsadas por la negligencia, la codicia y los intereses a corto plazo- estaban infligiendo un daño irreversible a la Tierra, desarraigando vidas y separando a las personas de sus tierras ancestrales. Esta constatación despertó en mí un renovado sentido de misión.
Responder al clamor de los pobres y de la Tierra
En agosto de 2022, nuestra comunidad misionera respondió a la llamada urgente del obispo para ayudar a las familias desplazadas por la guerra en Myanmar. Estas familias lo habían perdido todo: casas quemadas, medios de subsistencia destruidos y un futuro incierto. Al escuchar sus historias, reconocí ecos del sufrimiento de mi propia familia. Compartíamos un vínculo profundo y doloroso: la experiencia del desarraigo, de perder la tierra que nos había sustentado.
En ese momento de profunda conexión, me sentí llamada a actuar, no sólo proporcionando consuelo, sino también empoderando a las familias con conocimientos y esperanza. Les presenté Laudato Si’ y la idea de cultivar huertos orgánicos—una forma tangible de recuperar la vida de la pérdida, de sanar la tierra y el alma. Con recursos limitados, la parroquia sólo podía proporcionar comidas al mediodía a unas 600 personas, pero cultivando la tierra podíamos dar pasos hacia la seguridad alimentaria, la sostenibilidad y la dignidad.
Fomentar la resiliencia: Una comunidad arraigada en la esperanza
A medida que avanzábamos juntos en el camino, empezó a surgir algo extraordinario. Más allá de las luchas del desplazamiento, estábamos construyendo algo nuevo: una comunidad resistente, unida no sólo por el sufrimiento, sino por la solidaridad, la fe y la determinación de volver a levantarse.
Vi que surgían nuevas necesidades: la necesidad de compañía en el duelo, de espacios seguros para compartir el dolor, de curación y renovación espiritual. En respuesta, creamos un grupo para compartir la fe, donde la gente podía expresar su dolor, rezar junta y encontrar fuerza en su fe colectiva. Con el tiempo, estos momentos de culto se convirtieron en rituales sagrados, entretejidos en el tejido de nuestras celebraciones durante el Tiempo de la Creación, Navidad y Año Nuevo.

Una realización que da vida: Restablecer las relaciones sanas
En este camino he llegado a una profunda conclusión: estamos estrechamente interconectados, no sólo entre nosotros, sino con toda la creación. Nuestras heridas, tanto personales como ecológicas, son el reflejo de un desequilibrio mayor, de una relación fracturada con la Tierra y entre nosotros.
La curación debe producirse a todos los niveles. Mientras trabajamos para restaurar la tierra, también debemos reparar las heridas en las relaciones humanas causadas por el conflicto, el desplazamiento y la injusticia. Sólo cuando realineemos nuestras vidas con la visión de Dios para la creación -enraizada en el amor, la justicia y la custodia- podremos reflejar verdaderamente la belleza y la grandeza de nuestro Creador.
Con una fe inquebrantable, seguimos adelante, convencidos de que, incluso en los momentos más oscuros, la gracia de Dios nos sostiene. Somos peregrinos que recorremos juntos este camino sagrado, comprometidos con la curación, la renovación y la restauración de nuestra Casa Común.
Preguntas para la reflexión
- ¿En qué se parece la experiencia de Sor Cristita a la tuya?
- ¿Ha contribuido Laudato Si’ a estrechar los lazos comunitarios en tu contexto? ¿De qué manera?
- Con esta historia de eco-conversión en mente, ¿cómo nos llama la intención de este mes a utilizar las nuevas tecnologías respetando los ritmos de la naturaleza?

Escuchar la llamada de la Creación
La llamada a la acción de este mes: Programa ALS
Al convertirte en Animador/a Laudato Si’, no sólo te apuntas a una formación, sino que te unes al Movimiento Laudato Si’. 🌍💚
Como parte de esta comunidad global, profundizarás en tu compromiso, te pondrás en contacto con defensores de ideas afines y obtendrás las herramientas necesarias para inspirar un cambio real. Juntos, daremos vida a la conversión ecológica y trabajaremos por un mundo mejor.
¡Únete a nosotros y forma parte del movimiento!