
Un momento decisivo para la Iglesia y el mundo
El cónclave es un momento de profunda importancia, no sólo para los católicos, sino para el mundo entero. La elección de un nuevo Papa no es sólo un cambio en el liderazgo de la Iglesia, sino un momento crucial para el liderazgo moral en la escena mundial, especialmente en un momento en que nos enfrentamos a desafíos ecológicos y humanitarios sin precedentes.

Conversión ecológica: Un legado de santos y papas
El Beato Papa Pablo VI hizo su primer llamamiento a la conversión ecológica en 1971, advirtiendo de las “trágicas consecuencias” de la actividad humana descontrolada. Subrayó que la explotación de la naturaleza podía conducir a su destrucción y pidió un cambio radical en el comportamiento humano. Su mensaje sigue siendo relevante hoy en día, cuando la industrialización y el daño medioambiental continúan. Pablo VI subrayó que el progreso científico debe estar en consonancia con el progreso moral y social.
San Juan Pablo II instó a la humanidad a respetar la naturaleza, no sólo a utilizarla como un recurso. Abogó por una conversión ecológica global, subrayando que el verdadero desarrollo exige respeto tanto por la humanidad como por el medio ambiente. El Papa Benedicto XVI pidió además que se reevaluaran los modelos económicos mundiales que dañan el medio ambiente y vinculó la destrucción ecológica a la quiebra cultural y moral.
Las preocupaciones de los papas coinciden con las de científicos, filósofos y líderes religiosos de todo el mundo. El Patriarca Ecuménico Bartolomé hizo un llamamiento al arrepentimiento por los daños ecológicos, subrayando que los crímenes contra la naturaleza son pecados contra Dios y contra nosotros mismos. Instó a pasar de una cultura de consumo a otra de custodia y generosidad, subrayando que el verdadero cambio requiere un cambio de corazón, no sólo de tecnología.
San Francisco de Asís es un modelo de conversión ecológica, pues considera a cada criatura como un/a hermano/a. Su amor por la naturaleza reflejaba una comprensión teológica de que la creación refleja la belleza y la bondad de Dios. Para Francisco, la conversión ecológica era un deber espiritual de vivir en armonía con Dios, con los demás y con la Tierra. Su sencillez no era un rechazo del mundo material, sino una negación a explotarlo. Francisco enseña que la ecología integral implica reconocer la interconexión de toda la vida y actuar con humildad y respeto por la creación.
Una nueva oportunidad para la esperanza y la renovación
El cónclave no es sólo un momento de transición para la Iglesia, sino una oportunidad de renovación. El nuevo Papa tiene una oportunidad única para llevar adelante y profundizar el compromiso de la Iglesia con la ecología integral – la comprensión de que el medio ambiente, la economía y los sistemas sociales están interconectados.
Este es un momento de esperanza, no sólo para la Iglesia, sino para todas las personas que trabajan por la justicia, la paz y el cuidado del medio ambiente.
Estamos llamados a ser co-creadores con Dios, y la elección de un nuevo Papa nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre cómo nosotros, como individuos y comunidades, estamos llamados a cuidar de la creación en la actualidad. El Espíritu se está moviendo en este momento de discernimiento, invitándonos a considerar cómo podemos contribuir a la sanación de la Tierra y a la promoción de la justicia para todas las personas.

Oremos por el Cónclave
Mientras los cardenales disciernen el futuro liderazgo de la Iglesia, recemos por sabiduría, guía y valentía para continuar el trabajo de conversión ecológica.
Mientras esperamos al nuevo Papa, debemos preguntarnos: ¿Cómo nos llama el Espíritu a cuidar de la creación en este momento?





