
Credits: Cristian Genari
- La Conferencia Raising Hope continuó con paneles de debate: “Ante el clamor de las periferias, de los olvidados y el gemido de la Tierra, la misericordia es un grito por justicia”, afirmó el Card. Spengler.
- El Borgo Laudato Si’, inaugurado recientemente por León XIV, fue el escenario natural que reunió a los peregrinos en la tarde, con arte y oración.
Con momentos de reflexión, debate, intercambio y tiempo en la naturaleza, el segundo día de la Conferencia Raising Hope se desarrolló bajo el interrogante: ¿cómo podemos transformar la urgencia de la crisis ecológica en esperanza activa?
En la apertura del día, la Dra. Lorna Gold, directora ejecutiva del Movimiento Laudato Si’, invitó a los participantes a abrazar la virtud de la esperanza como una fuerza activa, arraigada en el compromiso y el coraje. Luego la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) guió un momento de oración en el que se puso de relieve la profunda conexión entre la fe y la defensa de la casa común.
Las sesiones de la mañana fueron protagonizadas por personalidades como el Cad. Jaime Spengler, el periodista Austen Ivereigh, la líder quechua Patricia Gualinga o Bill McKibben, fundador de 350.org, entre otros. El pianista Mark Chait entrelazó los momentos de debate para dar espacio a la reflexión, con piezas de Chopin y Beethoven reinterpretadas especialmente dedicadas a la Creación.
En la tarde, el programa incluyó sesiones grupales de reflexión para conocerse y preparar juntos la sesión plenaria que tendrá lugar en el cierre del evento. Un momento especial de reflexión en la naturaleza, sucedió luego durante la peregrinación hacia el Borgo Laudato Si’, el nuevo espacio concebido por el Papa Francisco dentro de los Jardines Pontificios de la Villa de Castel Gandolfo, inaugurado el mes pasado por León XIV.
Card. Spengler: la voz de los pueblos “que caminan cantando”
El Cad. Jaime Spengler, presidente de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil, arzobispo de Porto Alegre y presidente del CELAM, comenzó su intervención recordando las palabras del Papa Francisco, para hablar de los pueblos latinoamericanos y caribeños, esos “que caminan cantando, porque sus luchas y preocupaciones por este planeta no les quitan el gozo de la esperanza!”.
Su mensaje hizo hincapié en que la justicia climática no puede separarse de la dignidad humana: “Ante el clamor de las periferias, de los olvidados y el gemido de la Tierra, la misericordia es un grito por justicia. Dios no desatiende a su Pueblo. La Iglesia no guardará silencio”, sostuvo. Recordó también que los pueblos indígenas encarnan la armonía con la naturaleza y cómo su sabiduría debe guiarnos: “Estos pueblos han tejido, a lo largo de milenios de convivencia armoniosa, la sabiduría más fecunda y eficaz para custodiar los ecosistemas amazónicos”.
Concluyó, visiblemente emocionado, deseando que “seamos semillas de un futuro nuevo”.
El impacto de Laudato Si’ en las religiones
Con este título se presentó el siguiente panel a cargo del moderador Austen Ivereigh, autor y biógrafo del papa Francisco. Ivereigh compartió cuando, en diálogo con el Papa Francisco, le preguntó de dónde provenía Laudato Si’ y él le respondió: “Del corazón”. El debate giró en torno a la pregunta “¿Cómo se puede combinar la urgencia con la esperanza?”.
Priyanka Lalla, defensora de la juventud de UNICEF y autora de Trinidad y Tobago, destacó la importancia de empoderar a los jóvenes: “La esperanza es una herramienta que debemos utilizar para movilizar a los jóvenes e inspirarlos a guiar a sus comunidades hacia la sostenibilidad”.
Por su parte, el Dr. Iyad Abumoghli, académico y exdirector de la Coalición Fe por la Tierra de las Naciones Unidas, destacó que Laudato Si’ introdujo la espiritualidad en el debate sobre la política y la ciencia, integrando la ecología en toda la sociedad. Luego Alistair Dutton, secretario general de Caritas Internationalis, reflexionó sobre cómo la encíclica dio nueva autoridad a las voces que trabajan por la justicia ecológica.
Por su parte, el obispo Martin Hayes, coordinador de Laudato Si’ para la Conferencia Episcopal Irlandesa, recordó a los participantes que el cambio climático está profundamente vinculado a la pobreza y pidió una verdadera conversión ecológica que fomente comunidades fuertes y participativas.
Dos aniversarios: mucho que celebrar, mucho que lamentar
Seguidamente, Tomás Insua, presidente del Centro Laudato Si’ de Asís, recordó a los presentes la maravilla del Cántico de las Creaturas, escrito por San Francisco de Asís 800 años atrás, e hizo una semejanza con su homónimo en nuestros tiempos, autor de la encíclica Laudato Si’. Sus ideas recorrieron el legado pasado y presente de la visión ecológica del Papa Francisco. Insua ofreció una perspectiva sobre cómo la encíclica ha remodelado el compromiso católico con la ecología, tanto a nivel popular como institucional.
Una segunda mesa redonda, moderada por Chiara Martinelli, directora de Climate Action Network Europe, reunió a voces clave: Patricia Gualinga, líder quechua y presidenta del Tribunal sobre el Fin de la Era de los Combustibles Fósiles; Bill McKibben, ecologista y cofundador de 350.org; Laurence Tubiana, directora general de la Fundación Europea del Clima y artífice del Acuerdo de París; el prof. John Sweeny, climatólogo y profesor emérito de la Universidad de Maynooth; y Helmy Abouleish, director ejecutivo de la iniciativa SEKEM en Egipto, quien aportó comentarios especiales desde la primera fila.
Juntos, abordaron cómo las comunidades religiosas, la ciencia y la sociedad civil pueden converger para acelerar la acción en favor de la justicia climática, reafirmando Laudato Si’ como catalizador de la ecología integral.
Gualinga animó a no quedarse quietos, sino “actuar en unidad, independientemente de los colores, las religiones, los credos o las culturas”, motivados por el amor. Mientras que McKibben recordó las propiedades del sol: “A diario él nos ofrece calor, fotosíntesis y la energía que necesitamos, no podemos desaprovecharlo”.
Diversidad de voces, nuevas posibilidades
De entre los cientos de participantes congregados en la conferencia, Steven Okello, de Kenya compartió su experiencia durante la jornada: “Es maravilloso ver que Laudato Si’ aún tiene un largo camino por recorrer. Es un documento muy extenso que necesita llegar a todas las periferias, porque no ha penetrado completamente en la mente humana”, reflexionó.
Por su parte, Agnes Richard, animadora Laudato Si’ de Canadá, puso en común la riqueza que nos brinda la diversidad de voces presentes en Raising Hope: “He escuchado aquí voces de movimientos seculares, líderes de fe y de ambientes económicos. En esa diversidad es donde está la fuerza: en la colaboración entre personas, porque compartir nuestras ideas nos nutre de posibilidades nuevas”.
Gen Verde y Adenike se encargaron de amenizar con música la tarde en el Borgo Laudato Si. Mañana, viernes 3 de octubre, se realizará la jornada final de la conferencia, que promete un plenario final con propuestas y compromisos concretos de cara a los próximos diez años.