Este año celebramos un hito notable: el 10º aniversario del Movimiento Laudato Si’. Durante la última década, hemos recorrido un camino lleno de desafíos, comunidad y esperanza inquebrantable en nuestro esfuerzo por cuidar de nuestra casa común.

Al echar la vista atrás, recordamos no sólo la repercusión mundial que hemos tenido, sino también los momentos que han dado forma a nuestro movimiento.

Comienzos Arraigados en el Espíritu: Relato del director ejecutivo fundador, Tomás Insua

Tras una llamada apresurada por Skype del grupo fundador a mediados de diciembre de 2014, la idea de fundar formalmente el movimiento antes del viaje del Papa Francisco a Filipinas, apenas un mes después, parecía poco realista.

El calendario era apretado: se acercaba la Navidad, nuestro grupo apenas se conocía y aún quedaba mucho trabajo fundacional por hacer. Sin embargo, cuando nuestros miembros filipinos propusieron la idea, fue recibida con un entusiasmo abrumador. Había una sensación palpable de kairós, un momento divino. El Espíritu se movía entre nosotros y decidimos ir a por ello.

Filipinas, una nación que encarna el doble clamor de la tierra y los pobres, se convirtió en la cuna de nuestro movimiento. Fue un poderoso gesto de solidaridad y un recordatorio de la misión que emprendíamos juntos.

Un Recuerdo Cercano a Mi Corazón: Relato de la presidenta de la Junta, Lorna Gold

Un recuerdo imborrable es la reunión de la Junta Directiva celebrada en Roma en enero de 2020, con motivo del quinto aniversario del movimiento. Fue una reunión llena de significado, justo antes de que el mundo se viera trastornado por la pandemia de COVID-19.

Durante ese encuentro, tuvimos el increíble privilegio de pasar un rato con el Papa Francisco. Cada una de nosotras compartió su historia personal de conversión ecológica. Yo hablé de cómo ser madre transformó mi perspectiva, despertando un profundo compromiso con las generaciones futuras y el cuidado de la creación.

El Papa, a su vez, compartió su propia historia de conversión ecológica, un momento tan íntimo y profundo que parecía terreno sagrado. Al final de nuestro encuentro, ocurrió algo extraordinario. El Papa nos invitó a seguirlo. Curiosos y expectantes, lo seguimos hasta un hermoso tapiz. “Esto”, nos explicó, “representa el nacimiento del universo. Dios aparece como una madre con manos fuertes pero suaves”. Luego se volvió hacia nosotros y dijo: “Así es como tenemos que ser todos ahora, como madres”.

En ese momento, sentí como si se nos encomendara la tarea de alimentar la creación con la misma fuerza y ternura representadas en el tapiz. Es un momento que nunca olvidaré, una brújula para el trabajo que seguimos haciendo.

El Canto de la Creación: Un recuerdo de Antonio Caschetto, Responsable del Centro Laudato Si’ en Asís

Mi propio e inolvidable momento «décima hora“ con el Movimiento Laudato Si” tiene una fecha precisa: 4 de febrero de 2018. Sucedió en un lugar concreto: el Instituto Seráfico de Asís. E implicó una experiencia única: un paseo por el bosque de San Francisco mientras se cantaba el Cántico de las Criaturas.
Ese día permanece grabado en mi memoria. Fue el momento en que conocí al primer equipo base de la secretaría del movimiento. Eran un reflejo de las personas extraordinarias que he conocido a lo largo de estos años y un atisbo de las que nos encontraremos en el camino esperanzador que tenemos por delante.

Respondiendo a la Llamada a Cuidar la Creación: por Igor Bastos

En abril de 2015, tuve la oportunidad de conocer el Movimiento Laudato Si’, entonces conocido como Movimiento Católico Mundial por el Clima, durante una reunión preparatoria en Roma para la publicación de la innovadora encíclica del Papa Francisco, Laudato Si’. Aquel momento fue más que una introducción: fue una chispa que reavivó una llama en mi interior.
A través del Movimiento Laudato Si’, descubrí una profunda conexión con el carisma franciscano que me ha guiado desde la infancia: un compromiso profundo e inquebrantable con el cuidado de los más vulnerables y de nuestra casa común. Esta conexión no fue sólo inspiradora; fue transformadora. Proporcionó una forma tangible de responder a uno de los retos más urgentes de la humanidad -la crisis climática- a través de la fe, la acción y la esperanza.
Formar parte de este increíble camino es a la vez una bendición y una responsabilidad sagrada. Me ha recordado a diario que cuidar de nuestra casa común es mucho más que una causa medioambiental; es una vocación, una misión arraigada en el amor, la justicia y la armonía de la creación de Dios.

Una década de Éxitos

En los últimos diez años, el Movimiento Laudato Si’ se ha convertido en una familia global, unida en nuestro compromiso con la justicia ecológica y social. Desde momentos íntimos de conversión hasta audaces acciones colectivas, cada paso ha estado guiado por una visión compartida de esperanza y del cuidado de la creación.

Al celebrar este aniversario, también miramos hacia el trabajo que nos queda por hacer. Inspirados por estos recuerdos y por el Espíritu que nos ha guiado, continuamos nuestro camino para proteger nuestra casa común, de la mano de comunidades de todo el mundo.

Brindemos por la próxima década de aventuras, solidaridad y esperanza. ¿Qué significa para ti el Movimiento Laudato Si’? Comparte tus reflexiones utilizando los hashtags #BrindandoEsperanza y #Católico para inspirar a otros y continuar este camino juntos. Brindemos esperanza por nuestra casa común en 2025 y más allá.