La conferencia «Brindando Esperanza» impulsa compromisos climáticos globales
Octubre de 2025 | Castel Gandolfo, Italia

Han pasado unos días desde la Conferencia Brindando Esperanza celebrada en Castel Gandolfo, un encuentro histórico que reunió a más de 1000 personas de 80 países, unidas por una misma misión: renovar el llamamiento de la Iglesia a cuidar la creación.

En su discurso inaugural, el papa León XIV nos dejó una pregunta que sigue resonando en nuestros corazones:

“Dios nos preguntará si hemos cultivado y cuidado el mundo que Él creó… ¿Cuál será nuestra respuesta?”

La conferencia nos recordó que cuidar la creación no es solo un deber medioambiental, sino una vocación espiritual que forma parte del núcleo de nuestra fe católica. Se trata de poner el corazón, la alegría y la colaboración al servicio de nuestra casa común.

Uno de los momentos más impactantes fue el renovado llamamiento a favor del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles y las Contribuciones Decididas del Pueblo (PDC), dos iniciativas globales que lideran la respuesta moral de la Iglesia a la crisis climática.

 

Tres mensajes de esperanza

De este encuentro surgieron tres mensajes compartidos que los participantes se llevaron a casa, mensajes que juntos forman un camino hacia la conversión ecológica arraigada en la comunión.

La esperanza es un verbo

La esperanza no se presentó como un sentimiento, sino como una elección activa, un acto de fe que se resiste a la desesperación.

En talleres y testimonios, los participantes compartieron formas concretas en que las comunidades están respondiendo a la crisis climática: proyectos de reforestación, desinversión en combustibles fósiles e iniciativas ecológicas locales inspiradas en Laudato Si’.

 

La unidad es el camino hacia la sanación

En una época marcada por la polarización y el colapso ecológico, la conferencia nos recordó que sanar el planeta comienza por sanar nuestras relaciones.

A través de la oración compartida, la narración de historias y la escucha mutua, las barreras entre disciplinas, creencias y generaciones comenzaron a disolverse.

La fe nos llama a ser valientes

Los participantes se inspiraron en la enseñanza de la Iglesia de que cuidar la creación es un acto de amor y justicia. Las palabras de Laudate Deum resonaron a lo largo de las sesiones, un oportuno recordatorio de que la crisis climática exige coraje moral.

 

Una postura fiel a favor de la vida y la justicia

El Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles es un esfuerzo global para eliminar gradualmente el carbón, el petróleo y el gas, al tiempo que se garantiza una transición justa para los trabajadores y las comunidades. Para nosotros, como personas de fe, esto no es solo una propuesta política, sino un imperativo moral para proteger la vida misma: a los pobres, a los vulnerables y a las generaciones venideras.

Más información sobre el Tratado de Combustibles Fósiles

Pequeñas naciones insulares como Tuvalu, Vanuatu y Fiyi están liderando con valentía este llamamiento profético, a las que se han sumado Timor Oriental, Colombia y Pakistán. Su liderazgo nos recuerda que la claridad moral suele surgir de las comunidades más afectadas, aquellas que más sufren las consecuencias de la crisis climática.

Convertir la oración en acción

La Conferencia Brindando Esperanza reafirmó una profunda verdad: la conversión ecológica requiere tanto una transformación personal como un cambio estructural.

Ahora es el momento de convertir nuestras oraciones en acciones, uniéndonos por la justicia, el cuidado y la vida de nuestra casa común.

Únete a las Contribuciones Decididas del Pueblo

Juntos, avancemos con fe y valentía. Cada acción importa. Cada compromiso cuenta.