El Papa Francisco se reunió amablemente con los pueblos indígenas de la Amazonia el jueves, el mismo día en que se espera que el Tribunal Supremo de Brasil emita una importante decisión sobre la protección de los pueblos indígenas y sus tierras.

El Papa se tomó el tiempo para reunirse con el Cacique Dadá Borari de la Amazonía, así como con el prestigioso científico ambiental Greg Asner, quien fue el primero en mapear la deforestación ilegal de la Amazonia brasileña, y otros líderes de distintas regiones.

El grupo estuvo acompañado por el padre Joshtrom Kureethadam, del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, y los líderes del Movimiento Laudato Si’, la Dra. Lorna Gold, presidenta de la Junta Directiva del Movimiento Laudato Si’, y Tomás Insua, director ejecutivo del movimiento.

Los líderes del Movimiento Laudato Si’ se mostraron muy agradecidos de poder participar en este encuentro especial.

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Después de la reunión de 75 minutos, Cacique Dadá compartió lo que supone este momento para los pueblos indígenas de todo Brasil.

«Para nosotros, es un momento de lucha, un momento de gran determinación, y de pedir el apoyo del Papa Francisco… El Papa Francisco nos aseguró y estará dando todo el apoyo, y será posible que cambiemos esta visión capitalista de la sociedad que hoy quiere criminalizar al movimiento social. Así que él está disponible, listo para ayudar a la población indígena de todas las regiones, especialmente en la Amazonía.»

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El Tribunal Supremo de Brasil está estudiando si la protección constitucional de las tierras indígenas de Brasil se extiende a aquellos grupos que no estaban presentes en las tierras en 1988, cuando se aprobó la Constitución, según informes publicados.

Durante décadas, y especialmente durante la dictadura militar brasileña de 1964 a 1985, los indígenas fueron expulsados de sus tierras, amenazados y asesinados por defender su derecho a permanecer en ellas.

Lamentablemente, esta violencia continúa hoy en día y, de hecho, es peor que nunca. A principios de este año, la Comisión Pastoral de la Tierra, un comité de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil, informó que el número de disputas por la tierra documentadas (1.576) era el más alto desde que el comité comenzó a hacer un seguimiento de estos incidentes en 1985.

Las tierras de las familias indígenas estaban especialmente amenazadas. De las 81.225 familias que vieron invadidas sus tierras en 2020, casi el 72% eran indígenas.

Nos unimos a los Pueblos Indígenas y a todos los que se preocupan por ellos, incluido el Papa Francisco, para rezar por una sentencia judicial justa que reconozca su atormentada historia y ponga legítimamente más de la creación de Dios en manos de los Pueblos Indígenas.

Como el Movimiento Laudato Si’ hace todos los días en Brasil, a través del trabajo de sus Animadores Laudato Si’, Organizaciones Miembro y la secretaría en todo el país, nos solidarizamos con los Pueblos Indígenas de la Amazonía.

“Para ellos, la tierra no es un bien económico, sino don de Dios y de los antepasados que descansan en ella, un espacio sagrado con el cual necesitan interactuar para sostener su identidad y sus valores. Cuando permanecen en sus territorios, son precisamente ellos quienes mejor los cuidan” (LS 146).