Este artículo ha sido redactado por un grupo de organizaciones brasileñas, entre ellas la Conferencia Episcopal de Brasil, la Conferencia Brasileña de Religiosos y Religiosas, el Movimiento Laudato Si’, Cáritas Brasil y la REPAM (Red Eclesial Panamazónica). Su objetivo es complementar el “Grupo Operativo Global”, un grupo de trabajo mundial patrocinado por el gobierno brasileño que está informando a sus dirigentes en la COP30.

A la luz de la nueva carta de la Presidencia brasileña de la COP30, que insta a la comunidad internacional a tomar medidas sin precedentes ante la urgencia climática, la Coordinación de la Iglesia Rumbo a la COP30 celebra y refuerza su coordinación uniéndose activamente al Grupo Operativo Global, situando la fe y la ética en el centro de la transformación planetaria.
Inspirada por el legado del Papa Francisco, la Coordinación destaca el papel de la encíclica Laudato Si’ como orientación moral, ética y espiritual ante la grave crisis socioambiental. La inclusión del documento como referencia orientadora por el Círculo de Balance Ético Global -liderado por la ministra Marina Silva, bajo la orientación del presidente de la República, Luiz Inácio Lula da Silva, y del secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres- representa un llamamiento directo a la participación de las tradiciones religiosas y espirituales en el proceso de sanación del planeta.
«La fe nos impulsa a cuidar de nuestra Casa Común con compasión y audacia. Es tiempo de unidad, de compromiso activo con la justicia climática y con los más vulnerables», afirma monseñor Paolo Andreolli, obispo auxiliar de Belém, en el estado de Pará, una de las voces de la movilización de la Iglesia católica en la Amazonia.
En este momento en que el año 2024 se ha confirmado como el más caluroso de la historia y el cambio climático está alcanzando niveles alarmantes, la Iglesia, basándose en la Exhortación Apostólica Laudate Deum, se alinea con la propuesta de un esfuerzo descentralizado de base, que valore las iniciativas locales con impacto global.
- La Coordinación de la Iglesia Rumbo a la COP 30, compuesta por varias organizaciones de la Iglesia Católica y del ámbito ecuménico, expresa su entusiasmo y sus esfuerzos de colaboración con el Círculo de Balance Ético Global.
Más que una presencia simbólica, la Iglesia asume un papel de liderazgo ético frente a la crisis climática ofreciendo valores, prácticas comunitarias y experiencias históricas de solidaridad, justicia y cuidado.
«El llamamiento de la carta de la Presidencia de la COP30 es claro: necesitamos transformar la esperanza en acciones concretas. Y esto es lo que la Iglesia ha querido movilizar, animar e impulsar. Cada uno puede contribuir, a su manera y desde su territorio, con una respuesta eficaz que esté a la altura de la complejidad de lo que estamos viviendo», concluye Eduardo Nischespois, de la junta de la Coordinación de la Iglesia Rumbo a la COP 30.
Consulta la carta íntegra aquí y únete a este esfuerzo global por un futuro climático seguro y justo.





