Mientras celebramos los 10 años de Laudato Si’ y nos preparamos para el año jubilar, surgen por todo el mundo comunidades de fe decididas a cuidar de nuestra casa común. En Italia, algunas parroquias se han convertido en verdaderos faros de esperanza ecológica: lugares donde la fe se traduce en acción, y la sostenibilidad se vive día a día.

Inspiradas por la encíclica Laudato Si’ y el llamado del Papa Francisco a una conversión ecológica, estas comunidades italianas han comenzado a implementar nuevas costumbres: desde la instalación de paneles solares hasta la eliminación del plástico en sus actividades.

Mira el ejemplo de estas comunidades

En la ciudad de Carpi, por ejemplo, la parroquia San Bernardino Realino lideró una iniciativa para repensar su estilo de vida, a la luz de la Plataforma de Acción Laudato Si’. A través de talleres, campañas y decisiones estructurales, construyeron un camino comunitario hacia una ecología integral. Su plan incluye eficiencia energética, jardines sostenibles, formación ecológica y un fuerte compromiso con la economía circular.

En Ladispoli, una localidad costera al noroeste de Roma, la parroquia del Sagrado Corazón transformó un terreno en desuso en un jardín dedicado a la ecología integral. Lo que comenzó como un espacio abandonado se convirtió en un lugar donde la tierra se cultiva con respeto, y las personas con esperanza. 

Este jardín es un espacio de formación ecológica, oración comunitaria y encuentro intergeneracional. Allí, el cuidado de la creación se vive en lo concreto: desde el compostaje hasta la siembra, todo está guiado por el espíritu de Laudato Si’. Es un testimonio vivo de que la conversión ecológica también renueva vínculos humanos y espirituales.

 

Estas comunidades nos dejan una enseñanza clara y profunda para quienes deseen iniciar un camino similar: “Coordínate con los demás. El resto no está bajo nuestro control; confía en Dios”, aconsejan desde la parroquia de Carpi. Además, insisten en un elemento esencial: acompañar cada paso con la oración, pidiendo luz y perseverancia para que el proyecto crezca con raíces firmes y frutos abundantes.

Pasos para volver tu parroquia más sostenible

Cada comunidad tiene su propio camino, y no se necesitan grandes recursos para comenzar. Con pequeños pasos, fe y compromiso colectivo, es posible cuidar de la creación. Aquí algunas ideas sencillas que pueden inspirar a tu parroquia.

  1. Promueve hábitos sostenibles en lo cotidiano: Invita a las familias a traer sus propios utensilios a eventos parroquiales, reutiliza materiales, y reduce el consumo de plásticos descartables con creatividad.
  2. Ahorra energía con decisiones simples: Aprovecha al máximo la luz natural, apaga equipos eléctricos que no estén en uso y organiza campañas para concientizar sobre el consumo responsable de agua y energía. 
  3. Crea espacios verdes y huertos comunitarios: En patios, terrenos vacíos o incluso en macetas recicladas, pueden nacer espacios de cultivo que alimenten, sanen y reúnan a la comunidad.
  4. Fomenta el reciclaje y la economía circular: Promueve campañas de reciclaje, trueque o reparación. Enseñar a reparar o transformar objetos fortalece la economía familiar y cuida el ambiente.
  5. Ofrece formación desde la catequesis y la vida diaria: Integra el mensaje de Laudato Si’ en la catequesis, en homilías o encuentros informales. Una charla después de misa o una actividad con jóvenes puede abrir corazones.

Muchas otras comunidades en otras partes del mundo también están siguiendo estos pasos, sembrando esperanza. Porque saben “que las cosas pueden cambiar” (LS 13), han escuchado el clamor de la tierra y el clamor de los pobres, y decidieron actuar.

¿Qué podría hacer tu parroquia con lo que ya tiene?

Cuéntanos en los comentarios qué prácticas han iniciado o qué sueñan poner en marcha. Tu testimonio puede iluminar a otras comunidades.