
El 15 de noviembre de 2024, tuvo lugar en la COP29 de Bakú (Azerbaiyán) un evento paralelo contundente en el que se puso de relieve la cuestión, a menudo pasada por alto pero crítica, de las pérdidas y daños no económicos (NELD, por sus siglas en inglés) causados por el cambio climático. Organizada conjuntamente por la Federación Luterana Mundial, Franciscans International, el Consejo Mundial de Iglesias, Dominicos por la Justicia y la Paz, Brahma Kumaris, la Conferencia de Iglesias de Toda África y la Iglesia Evangélica Luterana de América,esta sesión ofreció una perspectiva religiosa sobre los impactos intangibles de la crisis climática.
Moderado por Igor Bastos, del Movimiento Laudato Si’, y el Rev. Dr. Lesmore G. Ezekiel, de la Conferencia de Iglesias de Toda África, el evento reunió a voces proféticas, incluidos líderes indígenas, jóvenes activistas y defensores religiosos. Las discusiones se centraron en las pérdidas que no pueden cuantificarse: el patrimonio cultural, los vínculos espirituales, la dignidad humana y la erosión de los lazos comunitarios, cuestiones a menudo marginadas en la política y las negociaciones sobre el clima.
Temas y Reflexiones Clave
La mesa redonda contó con seis ponentes diversos:
- Wara Iris Condori (Bolivia) explicó cómo las comunidades indígenas se enfrentan a profundas alteraciones de sus formas de vida culturales y ancestrales debido a la migración inducida por el clima y a la degradación medioambiental.
- Stephanie Stephen (negociadora de Vanuatu) destacó la experiencia de su país como parte de los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID), que se enfrentan a sucesos de evolución lenta y cómo los mecanismos existentes, como el Mecanismo Internacional de Varsovia, la Red de Santiago y el Fondo de Respuesta a Pérdidas y Daños, aún no han abordado plenamente las necesidades de sus comunidades.
- Maro Maua (Kenia) habló apasionadamente como joven activista del clima, instando al mundo a amplificar las voces de los jóvenes e impulsar una acción significativa antes de que sea demasiado tarde para limitar el calentamiento global a 1,5 °C.
- Arzobispo Julio Murray (Panamá) destacó la necesidad de una perspectiva basada en la fe para enmarcar las discusiones sobre NELD en torno a la justicia, la resiliencia y la dignidad. Las comunidades religiosas siempre han sido y serán las comunidades afectadas, en particular cuando el gobierno no cumple con su responsabilidad.
- Sister Maureen Goodman (Reino Unido) hizo un llamamiento para que se reconozca el papel único de las mujeres en la defensa del clima, sobre todo porque a menudo son las más afectadas por la crisis climática y ofrecen un liderazgo profético como respuesta.
La Denuncia Profética y NELD
Las organizaciones confesionales se encuentran en una posición única para abordar las pérdidas y daños no económicos aportando dimensiones morales y éticas a los debates sobre la justicia climática. Los ponentes subrayaron que el concepto NELD debe integrarse en las acciones sobre pérdidas y daños para garantizar que las comunidades vulnerables reciban apoyo no solo en la recuperación material, sino también en la preservación de sus identidades culturales y espirituales.
Reflexiones finales
Al concluir la sesión, Igor Bastos recordó a los participantes la responsabilidad profética que todos compartimos: ser voces de justicia, paz y cuidado de la creación. Al abordar las pérdidas no económicas, afirmamos el lado humano de la crisis climática, garantizando que las políticas y las acciones reflejen la dignidad y la resiliencia de las comunidades afectadas.
Este evento paralelo en la COP29 sirvió como oportuno recordatorio de la necesidad de abogar por soluciones climáticas holísticas. Las organizaciones confesionales, basadas en los principios de la compasión y la justicia, siguen liderando la tarea de garantizar que no se deje ninguna voz sin escuchar, especialmente en el discurso global sobre pérdidas y daños.





