Créditos de la foto: Quarrie Photography / Jeff Walsh / Cass Hodge.

Por Assunta Lupo and Marco Corona
Miembro del Círculo Laudato Si’, Palmero (Sicilia, Italia); miembro del Círculo Laudato Si’ Badesi (Sassari, Italia)

Los Animadores Laudato Si’, hombres y mujeres de todas las edades y de diferentes orígenes territoriales, sociales y culturales, nos hemos adherido a la invitación del Papa Francisco de cuidar nuestra casa común.

Assunta Lupo

Assunta Lupo

Hoy, ante los terribles incendios que asolan nuestras regiones, no podemos quedarnos callados. El fuego no es sólo ese hermano benévolo que llamaba San Francisco. También es utilizado por mentes ignorantes y manos criminales, y se ha convertido en un enemigo que destruye la naturaleza, las vidas y la economía.

Pensamos, como decía el Beato Padre Puglisi, que cada uno de nosotros puede hacer algo para mejorar el mundo, las relaciones entre las personas, crear relaciones de solidaridad, ayuda, recursos, autonomía.

Nuestra casa común está cada vez más en peligro y, en este extraño verano europeo, el dolor y el clamor de la Tierra se eleva en lo alto de Sicilia, Cerdeña, los Abruzos, (Italia) y demasiadas otras partes del mundo.

No, no creemos que sea ético provocar un incendio con el deseo de encontrar fuentes de ingresos de forma ilícita sin tener en cuenta lo que va a pasar, sin respetar la creación.

Marco Corona

Marco Corona

Por lo tanto, pedimos que las autoridades competentes utilicen todos los métodos de prevención y trabajen para restaurar los lugares que han sido dañados, y que se unan al Movimiento Laudato Si’ y a nuestros cientos de organizaciones asociadas para difundir la cultura del bien común a todos los niveles.

Los Círculos Laudato Si’ de toda Italia haremos nuestra parte en este gran esfuerzo educativo, a partir de esta oración les invitamos a todos a unirse a nosotros hoy, 6 de agosto, fiesta de la Transfiguración y 76º aniversario de la bomba atómica estadounidense sobre Hiroshima.

 

Señor Jesús,

En el monte de la Transfiguración algunos hombres elegidos por ti vieron una luz de gran intensidad y belleza, y en ese alto monte, envueltos en una nube misteriosa, escucharon la voz del Padre que es el único que nos ruega que te escuchemos.

Te pedimos que perdones a esta humanidad nuestra, que creó una bomba terrible, que hace 76 años provocó primero una luz nunca vista, casi tan intensa como la del sol, y luego una deflagración tan potente que en un momento acabó con miles de vidas, con su viento de fuego.

Señor Jesús te pedimos misericordia, porque el fuego que nos das en tu transfiguración, lo usamos para crear muerte y destrucción.

Estamos en tiempos de incendios, incluso en estos días, encendidos por manos humanas, y no para calentar al prójimo, sino para hacer tierra quemada a su alrededor transfigurando con la muerte tu maravillosa creación, nuestra casa común.

Señor Jesús, te rogamos que tu misericordia llueva sobre nosotros y apague ese fuego maligno que aún nos mina y quiere devastar los brotes de bien en el jardín de nuestros corazones que Tú has creado sólo para Ti. Amén.

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