Crédito: Guadalupe Belmonte, Cathopic.

El 11 de febrero se cumple un nuevo aniversario de la aparición de María a Bernardita Soubirous. Hace treinta años, san Juan Pablo II instituyó la Jornada Mundial del Enfermo para sensibilizar a los católicos, a las instituciones sanitarias y a la sociedad civil sobre la necesidad de asistir a los enfermos y a quienes los cuidan.

En esta jornada queremos recordar a las cientos de miles de personas que sufren enfermedades como consecuencia de la crisis climática. Invitamos a los Círculos del Movimiento Laudato Si’ a colocar esta intención en sus oraciones. 

“La enfermedad, que en la experiencia diaria se percibe como una frustración de la fuerza vital natural, se convierte para los creyentes en una invitación a “leer” la nueva y difícil situación, en la perspectiva propia de la fe”. (Mensaje de san Juan Pablo II para la I Jornada Mundial del Enfermo

Según la Universidad de Stanford, el calentamiento global está causando la propagación de ciertas enfermedades, en particular aquellas transmitidas por mosquitos y otros insectos, como la malaria, el dengue, el chikungunya y el virus del Nilo Occidental.

Además, las catástrofes climáticas como las inundaciones, sequías y olas de calor, traen diversaas enfermedades, entre ellas las que refieren a la salud mental, como la ansiedad, la depresión y hasta el suicidio.

Pero también existen otras consecuencias de la crisis climática como los cortes de energía, que podrían paralizar hospitales y medios de transporte; o la crisis de los cultivos, que en zonas dependientes de la agricultura causa grandes hambrunas.  

Un reciente estudio internacional publicado en la revista The Lancet afirma que en el próximo siglo habrá muchas más personas expuestas a fenómenos meteorológicos extremos, lo que supone “un riesgo potencialmente catastrófico para la salud humana” que podría dejar nulos 50 años de avances sanitarios a nivel mundial.

Este año el tema elegido para la Jornada del Enfermo es: “Sean misericordiosos así como el Padre de ustedes es misericordioso”. El Papa Francisco invita en su mensaje a mirar a los agentes sanitarios cuyas manos “tocan la carne sufriente de Cristo, signo de las manos misericordiosas del Padre”. 

Además el Santo Padre resalta que “el enfermo es siempre más importante que su enfermedad”, por eso anima a “escuchar al paciente, su historia, sus angustias y miedos”. 

Invocamos a Nuestra Señora de Lourdes pidiéndole su intercesión por todos los enfermos, especialmente aquellos que hoy sufren en la carne las consecuencias de la crisis climática. 

 

Reza con estas 6 intenciones de oración por la crisis climática