La Asamblea General de la ONU acaba de aprobar una resolución en la que pide a la Corte Internacional de Justicia que refuerce las obligaciones jurídicas de los países para proteger a las comunidades de los desastres climáticos. La votación ha sido aclamada como una victoria histórica para la justicia climática.
En Laudato Si’, el Papa Francisco es claro:
“Muchos de aquellos que tienen más recursos y poder económico o político parecen concentrarse sobre todo en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas, tratando sólo de reducir algunos impactos negativos del cambio climático. Pero muchos síntomas indican que esos efectos podrán ser cada vez peores si continuamos con los actuales modelos de producción y de consumo. Por eso se ha vuelto urgente e imperioso el desarrollo de políticas para que en los próximos años la emisión de dióxido de carbono y de otros gases altamente contaminantes sea reducida drásticamente, por ejemplo, reemplazando la utilización de combustibles fósiles y desarrollando fuentes de energía renovable”. (LS 26)
El Movimiento Laudato Si’ ha expresado su posición en voz de Lindlyn Moma, Directora de Advocacy: «El anuncio de la Asamblea General de la ONU subraya que la injusticia climática es una forma de criminalidad perpetrada por aquellos con mayor poder (como China y EE.UU.) que son responsables de la crisis climática pero no están haciendo lo suficiente para combatirla», mencionó.
«La reciente opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia sobre el nexo entre el cambio climático y los derechos humanos representa un hito crucial para garantizar la justicia a las comunidades marginadas que menos han contribuido a la crisis, pero que soportan la peor parte de su impacto», añadió también.
Posteriormente, el padre Eduardo Agosta Scarel, Asesor Principal, dijo: «El MLS toma la resolución con positivismo, dado que da pasos concretos y seguros en la salida del actual impasse en materia de mitigación del cambio climático respaldado por la ciencia, y logra enmarcar las futuras negociaciones sobre Cambio Climático en Naciones Unidas, es decir, las futuras COPs, en el marco de la legalidad internacional y la necesidad de generar un nuevo marco legal vinculante, como un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles.»
También explicó que «la resolución pide a la Corte Internacional que emita una opinión fundada sobre la legalidad o no del actual incumplimiento por parte de los Estados del marco normativo existente para cuidar el clima de la Tierra, y que ponga de relieve las incoherencias, incumplimientos y lagunas. Los Estados tienen la obligación de proteger el clima en virtud del derecho internacional vigente, por ejemplo el IPCC como instrumento científico de toma de decisiones».
Por último, Agosta remarcó: «Estados Unidos y China, los dos mayores emisores de gases de efecto invernadero a nivel mundial, tienen un gran interés en que no quede clara la base jurídica de la justicia climática. La resolución pide claridad sobre las obligaciones que tienen los Estados, algo que ellos prefieren que no quede claro. Como ciudadanos de la Tierra, no podemos seguir escuchando falsas promesas de captura y almacenamiento de carbono como solución tecnológica al cambio climático, y mucho menos de geoingeniería climática, sino la eliminación progresiva de los combustibles fósiles como principal fuente de energía. Evidentemente, esto deberá ir acompañado de cambios estructurales en los patrones de consumo, producción y estilo de vida para adaptarse a la realidad de las energías renovables».