Por Svitlana Romanko
Responsable de la campaña de combustibles fósiles
Movimiento Católico Mundial por el Clima 


Los presidentes de los países del G7 se reúnen cada año para encontrar soluciones a la crisis climática y tomar grandes decisiones políticas que pueden o no ayudar a la justicia climática de los países en desarrollo afectados por el cambio climático, las corporaciones mineras de combustibles fósiles, las políticas extractivas y las deudas externas.

La reunión de este año, que tuvo lugar a principios de este mes, fue contradictoria.

Svitlana

Svitlana Romanko

En 2009, los países del G7 prometieron movilizar 100.000 millones de dólares al año para 2020. En 2021, los países desarrollados se quedan colectivamente cortos en unos 20.000 millones de dólares en lo que deben a los países en desarrollo para hacer frente a los impactos y riesgos del cambio climático. Sólo Canadá y Alemania han prometido duplicar sus contribuciones financieras al Fondo Mundial para el Clima para 2025.

Como escribió el Papa Francisco en Laudato Si’, «La reducción de gases de efecto invernadero requiere honestidad, valentía y responsabilidad, sobre todo de los países más poderosos y más contaminantes».

Qué acordaron los presidentes de los países del G7 en cuanto a la eliminación de los combustibles fósiles, el impulso de una transición justa y el apoyo a las inversiones limpias y verdes.

  1. Apoyar una revolución verde


Qué sucedió: Los países del G7 se comprometieron a lograr emisiones netas de carbono a más tardar en 2050 y a aumentar la financiación para el clima.

Qué significa: El cero neto en 2050 por parte de los países del G7 no es la revolución verde que, según los científicos, ayudaría enormemente a producir un futuro más limpio y a acabar con la crisis climática.

Una revolución verde empezaría por poner fin a EACOP, Vaca Muerta y otras actividades de exploración en los países en desarrollo. Hacerlo ayudaría a nuestras hermanas y hermanos más vulnerables a superar la deuda financiera, la inestabilidad y la pobreza.

  1. Comprometerse a reducir sus emisiones colectivas de gases de efecto invernadero a la mitad para 2030 y alinear sus objetivos y estrategias nacionales a largo plazo sobre el clima en consecuencia antes de la COP26


Qué sucedió: Los países del G7 se comprometieron a desarrollar objetivos ambiciosos de reducción de emisiones y estrategias nacionales para 2030 y a presentarlos antes de la 26ª Conferencia anual de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

Qué significa: La COP26 es una gran oportunidad para que los países se unan y se pongan de acuerdo para reducir las emisiones globales y desarrollar políticas climáticas sólidas. Actualmente, con los planes y políticas climáticas existentes, el mundo va camino de un aumento medio de la temperatura global de 2,9 grados centígrados para 2100.

Los compromisos actuales del G7 de reducir las emisiones a la mitad para 2030 hacen que el aumento medio de la temperatura previsto sea de 2,4 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, lo que está muy lejos del objetivo del Acuerdo de París de estar muy por debajo de los 2 grados centígrados y cerca de los 1,5 grados centígrados.

Los obispos católicos de todos los continentes subrayan que el cuidado de la creación y el cambio climático son cuestiones morales para las personas de fe y buena voluntad.

Para lograr un bien común, necesitamos duplicar nuestros esfuerzos conjuntos en la defensa profética, persuadiendo a los gobiernos y a los políticos para que aumenten sus objetivos climáticos, desinviertan de los combustibles fósiles, inviertan éticamente y protejan la biodiversidad.

  1. Apoyar el avance hacia la divulgación obligatoria de información financiera relacionada con el clima

Qué sucedió: Los países del G7 han llegado a un acuerdo sobre la necesidad de la divulgación obligatoria de información financiera relacionada con el clima, y EE.UU. se ha comprometido en la escena internacional a aplicar la divulgación de información financiera relacionada con el clima, y no sólo a los grupos nacionales.

Qué significa: La divulgación obligatoria de información financiera relacionada con el clima, si entra en vigor, creará más riesgo para nuevas inversiones en combustibles fósiles y también multiplicará el riesgo de activos de combustibles fósiles varados. Esto sería una buena noticia para el movimiento de desinversión y para la creación de Dios.

Se trata de otra oportunidad para cambiar el sistema financiero mundial hacia uno más resiliente y que tenga en cuenta el estado de nuestro clima. Las revelaciones financieras relacionadas con el clima también pueden reforzar las políticas climáticas más fuertes de los gobiernos del mundo.

  1. Eliminar progresivamente las nuevas ayudas directas de los gobiernos a la energía de los combustibles fósiles con alto contenido de carbono a nivel internacional, acelerar la transición internacional para abandonar el carbón antes de 2021 y eliminar las subvenciones a los combustibles fósiles antes de 2025.

Qué sucedió: Los países del G7 se comprometieron a ampliar rápidamente las tecnologías y políticas que acelerarían aún más la transición para abandonar la capacidad de carbón no utilizada y a poner fin a las subvenciones al carbón por parte de sus gobiernos, en consonancia con los objetivos de reducción de emisiones de los países del G7 para 2030 y con los compromisos de reducción neta.

Qué significa: «Sabemos que la tecnología basada en combustibles fósiles muy contaminantes –sobre todo el carbón, pero aun el petróleo y, en menor medida, el gas– necesita ser reemplazada progresivamente y sin demora… La política y la empresa reaccionan con lentitud, lejos de estar a la altura de los desafíos mundiales» (LS 165).

Hay dos grandes formas de afectar a la dañina exploración y uso de los combustibles fósiles que la humanidad y los gobiernos podrían practicar con éxito: Desinvertir de combustibles fósiles y detener la subvención a los combustibles fósiles. 

Muchas instituciones, incluidas las católicas, desinvierten de combustibles fósiles y reinvierten en tecnologías limpias. Pero acabar con las subvenciones a los combustibles fósiles podría desencadenar mucha más financiación para una transformación verde global y el pago de las deudas climáticas a los países del Sur Global.

Como se dijo en el Comunicado del G7, es necesario confirmar la fecha en que se terminará con las subvenciones a los combustibles fósiles, al igual que una transición justa y la eliminación progresiva de todos los combustibles fósiles, no sólo del carbón. Mientras tanto, debemos seguir haciendo nuestra parte y liderar el camino comprometiéndonos a desinvertir de los combustibles fósiles.