El hecho de organizar un evento internacional que implica la participación de peregrinos llegados de distintas partes del planeta, tiene una huella ecológica que no podemos ignorar. Sin embargo, cuando este encuentro parte ya desde su comienzo con su énfasis colocado en la “ecología integral” y teniendo como melodía inspiradora las encíclicas del Papa Francisco Laudato Si’ y Fratelli Tutti, y la exhortación apostólica Christus Vivit, en las que se nos llama a cuidar nuestra Casa Común, parece que algo se está moviendo en las sensibilidades. “Todo está conectado” (LS, 91).

La sostenibilidad no es algo nuevo en la JMJ. La “ecología integral” ya se empezó a trabajar en la JMJ de Río de Janeiro de 2013, y la doctrina social de la iglesia invita a vivir cuidando de nuestros hermanos, teniendo conciencia de que los recursos de nuestro planeta, la madre Tierra, son limitados.

El reto de las basuras

Los esfuerzos de la organización han ahondado en la necesidad de incidir en la sostenibilidad (tanto económica como social y ambiental), invitando desde la web oficial a poner en marcha iniciativas o hábitos de sostenibilidad durante la Jornada. Para algunas personas podrían considerarse la separación de residuos como una idea ya extendida, asimilada y sencilla de aplicar, pero, como nos cuenta Suzana Moreira, una de las personas del equipo del Movimiento Laudato Si’ que ha estado trabajando en la JMJ Lisboa 2023 para inculcar la sostenibilidad a las personas participantes, “además de ser un desafío para quienes no tienen esa costumbre, en Portugal también fue un desafío para los que ya están acostumbrados a hacerlo porque la logística de separación es distinta. Parte de la formación de los voluntarios fue justamente familiarizarse con los métodos de reciclaje portugueses”.

Fuentes de agua potable para evitar botellas de plástico

Otra de las iniciativas de la organización ha sido poner a disposición de los peregrinos el acceso a puntos de suministro de agua, tanto para ofrecer el acceso gratuito al este bien común como para evitar el consumo de envases de plástico de un solo uso. Suzana, que además de ser activista socioambiental, también es Teóloga por la Universidad Católica Pontificia de Río de Janeiro, explica que “rellenar agua en las fuentes, es una costumbre de los peregrinos, especialmente de aquellos que vienen de países con menos posibilidades económicas: rellenar la botella reutilizable se hace para ahorrar dinero y no tanto por la perspectiva de evitar plásticos”, algo que nos lleva a reflexionar sobre el planteamiento de la sostenibilidad ambiental, pero también económica, y cómo en la mayoría de ocasiones, la una está muy unida a la otra.

Otras de las medidas puestas en marcha han sido favorecer el uso de transporte público para acceder a los distintos eventos, invitar a realizar los desplazamientos a pie, o la recomendación de evitar el uso de vehículos motorizados privados (tanto por la huella ambiental que estos provocan como por la invasión de espacios en la vía pública, espacios que son necesarios para la existencia de otros servicios esenciales de atención). Sin embargo la ciudad anfitriona debe mejorar los servicios de transporte público de cara a poder abordar la cantidad de peregrinos llegados en un evento de estas características.

Desde el Movimiento Laudato Si’ se ha trabajado para que la sostenibilidad fuera un objetivo central de la organización, y se ha actuado para dar apoyo al Comité de Organización Local de la JMJ Lisboa 2023, con acciones como:

Además, ya el día previo a la JMJ se celebró el IV Congreso Internacional sobre el Cuidado de la Creación , que contó con ponentes como el cardenal Michael Czerny (prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral de la Santa Sede), con John Mundell (director de la plataforma Plataforma de Acción Laudato Si’ ), o Fr. Eduardo Agosta (religioso carmelita y asesor principal del Movimiento Laudato Si’). Para la organización del Congreso fue indispensable la dedicación constante de Antonio A Garrido Salcedo del Movimiento Laudato Si’. Del congreso salió el Manifiesto de los Jóvenes sobre el Cuidado de la Creación , que fue entregado al Papa Francisco el 3 de Agosto durante el Encuentro con Jóvenes Universitarios del Papa Francisco, en la Universidad Católica de Lisboa.

¿Podemos compensar nuestra huella de carbono?

Desde la web de la JMJ Lisboa 2023, en la sección sostenibilidad, se invitaba a los peregrinos a reflexionar sobre la huella de carbono de su participación diaria, y se ponía a su disposición una aplicación digital con la calculadora de la Huella de Carbono

Desde el Movimiento Laudato Si’ somos honestos y no nos engañamos: la huella ecológica de un evento de estas características es muy grande. Se han favorecido iniciativas para compensarla en parte, pero esta huella ocasionada tanto por los viajes a Lisboa, como por las actividades en sí mismas, no se puede compensar simplemente con la plantación de árboles (la JMJ ha contado con el apoyo de la Global Tree Initiative, y se consiguió plantar alrededor de 18000 árboles, contados al comienzo de la JMJ). Si bien estas iniciativas son loables, significativas, y se deben continuar promoviendo, por muchos árboles que se consiga plantar, no se logrará fijar todo el carbono que ha sido almacenado en el suelo durante millones de años, en forma de combustibles fósiles: combustibles fósiles quemados en los medios de transportes para llegar y volver de Lisboa, que han utilizado todos los peregrinos. Pero es que optar por un transporte más sostenible, como lo es el tren, prácticamente no era posible, ya que la red ferroviaria portuguesa tiene muy pocas conexiones. A modo de ejemplo, no existe conexión ferroviaria entre Madrid y Lisboa. Sorprendente, ¿verdad? 

Otro tema candente, que debería hacernos pensar y ponernos en acción, es que sea más barato comprar un billete para volar en avión desde diversos puntos de España a Lisboa, que utilizar medios de transporte colectivo (el tren, en primer lugar, o líneas de autobuses). Desde el Movimiento Laudato Si’ promovemos la denuncia profética, que debe impulsarnos a salir de nuestra zona de confort y denunciar las políticas (LS, 49) que favorecen los medios de transporte que más emisiones de carbono generan, en detrimento de transportes con una menor huella ecológica.

No obstante, siguen existiendo iniciativas muy loables y que conviene publicitar por todo lo alto, para que cunda el ejemplo, siempre que sea posible. Un grupo de jóvenes de Barcelona, ha recorrido a pie 1.276 kilómetros durante 40 días para encontrarse con el Papa. ¡Esto sí que es sostenible! Han sido alrededor de 100 jóvenes de las parroquias de Sant Mateu y Sant Rafael (Barcelona). Además de ser un viaje de fe, oración, renuncia y vida comunitaria, también ha sido un viaje solidario, para sufragar gastos para restaurar una capilla. El párroco cuenta que su parroquia es la más pobre de Barcelona. La idea de este grupo es que las personas que les vieran pasar como peregrinos, pudieran animarse a donar dinero para la restauración de la iglesia neoclásica, que está en ruinas.

Pero no todas las personas viven a tan sólo 1200 km de distancia, ni tienen la posibilidad de desplazarse a pie… Imitando a peregrinos ciclistas de rutas muy bien establecidas como el Camino de Santiago, otra buena manera de afrontar esos 1200 km, sería peregrinar a las Jornadas Mundiales de la Juventud en bicicleta. En bicicleta con un viaje cicloturista son muy bien asumibles distancias de entre 40 y 80 km diarios, en función de las características del grupo y del recorrido. Además de ser un viaje saludable por el ejercicio físico, los viajes en bicicleta invitan también al recogimiento en la meditación, a experimentar la austeridad de materiales y a vivir la caridad y ayuda mutua en las dificultades.

La sostenibilidad en lo cotidiano

Y las personas peregrinas y voluntarias, ¿se han llevado en sus corazones el mensaje de la sostenibilidad para aplicarlo a sus vidas, para llevarlo a sus parroquias, o a sus rutinas diarias? Desde MLS lo hemos intentado. Durante la Jornada, se llevaron a cabo actividades que invitaban a los peregrinos a la reflexión y participación.

Una de estas actividades que se llevaron a cabo delante de la iglesia de San Antonio, fue la creación colectiva de un mural donde se muestra el aumento de la Temperatura global en las últimas décadas en Lisboa, coincidiendo la quema de combustibles fósiles debida a la actividad humana.  En la imagen vemos, entre otros voluntarios, a Igor Bastos (graduado en Ingeniería Civil que trabajó como Secretario Nacional de Justicia, Paz e Integridad de la Creación de la Juventud Franciscana de Brasil), que ha formado parte de la organización por parte del Movimiento Laudato Si’ en Lisboa.

Porque quizás lo que más ayude a producir cambios de conciencia es ver hábitos sostenibles en las personas que nos acompañan en nuestras vidas y, así, eran los propios peregrinos ya concienciados los que invitaban a otros a seguir estas prácticas sostenibles durante la JMJ.

Pero la “ecología integral” debe cultivarse no solamente con los peregrinos de Jornadas Mundiales de la Juventud, sino ser una tarea continua para introducirla en lo cotidiano. El Card. Michael Czerny, en el IV Congreso Internacional sobre el Cuidado de la Creación, propuso nueve acciones concretas para la transformación de todos los sistemas globales: “Lograr cero emisiones para mediados de siglo; bosques y hábitats protegidos; proteger las costas oceánicas de la erosión mediante la plantación de manglares; ciudades en transformación; transportes más ecológicos; agricultura regenerativa; economía y finanzas responsables con la Tierra; educación ambiental; y el papel individual de cada uno en la ecología integral”.

Desde el Movimiento Laudato Si’ seguimos trajinando con ello cada día.

Y… ¿cómo podemos mejorar la sostenibilidad en el futuro?

De cara a la próxima edición de la JMJ en Seúl, Suzana Moreira insiste en que la movilidad es un tema delicado:

porque los transportes con menos repercusión ambiental son los más caros y, por lo tanto, los menos accesibles para los peregrinos que viajan desde el Sur Global y que siempre tienen problemas y desafíos económicos y geopolíticos para poder viajar a las JMJs”. Y ella propone algunas ideas: “sería interesante crear un fondo de solidaridad para ayudar en lo financiero a los peregrinos que desean optar por transportes más sostenibles, o también crear más conciencia entre los peregrinos que vienen de países con más libertad económica para que sean responsables y elijan transportes que tienen menos impacto. De cualquier modo, todo tiene que ser sólo sugerencias y no exigencias, si no corremos el riesgo de excluir a la diversidad de personas que vienen desde distintos contextos económicos y sociales”.

Desde el Movimiento Laudat Si’ trabajamos también por la firma del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles, que aboga por una transición justa y equitativa mundial hacia energías renovables, eficiencia y autosuficiencia energética, y que abandone el carbón, el petróleo y el gas eliminando progresivamente la exploración, producción y uso actuales de combustibles fósiles de acuerdo con el objetivo climático global de 1,5°C de calentamiento establecido en el Acuerdo de París.

Otro aspecto que señala Suzana Moreira para la mejora de próximas JMJ es insistir en la formación de voluntarios y peregrinos para evitar la “cultura del descarte”, porque en todas las JMJs es impresionante la cantidad de cosas que voluntarios y peregrinos compran sólo para usar una o dos veces durante la semana (por ejemplo, capas de lluvia, sacos de dormir…). Nos cuenta que se puede destacar la existencia de algunas pequeñas iniciativas independientes en Lisboa, como la recogida y donación de objetos y alimentos. Es  necesario inculcar que la alternativa es siempre reducir el consumo, no generar nuevos residuos, prescindir de compras que se pueden evitar con productos duraderos y no de un solo uso, o promover la reutilización o el uso de enseres de segunda mano. 

En Lisboa se ha incentivado también la sostenibilidad a nivel de la alimentación, con la inclusión de alternativas vegetarianas y veganas en los menús, pero quizás sea otro de los temas en los que haya que incidir de una manera más rotunda, proporcionando información sobre la huella ecológica derivada de los productos cárnicos, y las alternativas reales y saludables existentes para la dieta basada en productos vegetales.  

Y cabría una última reflexión si nos fijamos en el estado en que quedan las zonas de acampada y zonas habilitadas para la estancia de peregrinos durante los eventos multitudinarios con el Papa. La limpieza y restauración de estas explanadas requeriría sin duda de una acción posterior a la celebración del evento. Una posible solución sería la permanencia de grupos de trabajo de voluntarios en los días posteriores, para la rehabilitación de estos lugares.  

Lo importante es seguir trabajando por la formación permanente en “ecología integral” de los próximos peregrinos, también a través de las redes sociales, muy valoradas por los jóvenes peregrinos.