Desinvertir en combustibles fósiles: una acción moral y profética cada vez más urgente a la luz de Laudate Deum

 

La última exhortación apostólica del Papa Francisco es una contribución decisiva para una mejor comprensión de lo que está en juego. Ocho años después de la publicación de Laudato Si’, el cambio climático se ha agravado y la humanidad no ha tomado el camino correcto para preservar un planeta habitable.

Si Laudate Deum subraya la importancia de las negociaciones internacionales sobre el cambio climático, no significa que todos los católicos deban esperar pasivamente a que los líderes políticos tomen medidas. Al contrario, subraya que “la sociedad entera […] debería ejercer una sana “presión” (LD 58).

Además de rezar para que los líderes políticos tengan sabiduría y valentía, los católicos pueden dar pasos concretos que “colaboran para gestar grandes procesos de transformación que operan desde las profundidades de la sociedad” (LD 71). Una acción decisiva es utilizar nuestro poder como clientes y propietarios de activos bancarios.

La eliminación progresiva de los combustibles fósiles

Laudate Deum reitera el prolongado llamamiento del Vaticano a una “transición…hacia energías limpias como la eólica y la solar, abandonando los combustibles fósiles” (LD 55), señalando que “no tiene la velocidad necesaria”. Peor aún, “Las empresas de gas y petróleo ambicionan nuevos proyectos… para ampliar más aún la producción… Sería un acto suicida, porque implicaría exponer a toda la humanidad, especialmente a los más pobres, a los peores impactos del cambio climático” (LD 53).

Aunque la Agencia Internacional de la Energía afirma que «no es necesario invertir en nuevos suministros de combustibles fósiles en nuestra Trayectoria Neta Cero», existen miles de nuevos proyectos en todo el planeta, entre ellos las llamadas «bombas de carbono«, los 425 proyectos de mayor magnitud en el mundo. Si queremos tener una oportunidad de mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 °C, la mayoría de los proyectos de combustibles fósiles actualmente en desarrollo no deben llegar a materializarse.

Detrás de estos nuevos proyectos de combustibles fósiles hay diferentes agentes. Por nombrar algunos:

  • Licencias estatales de exploración y extracción
  • Empresas de combustibles fósiles que llevan a cabo los proyectos
  • Bancos e inversores que ayudan a financiar los proyectos. Aquí es donde la mayoría de la gente puede tener un impacto directo.

Por supuesto, los clientes acaban comprando la energía. Aunque es importante animar a los ciudadanos y a las empresas a reducir su demanda de combustibles fósiles, esto por sí solo no bastará para abordar el problema adecuadamente. En el mundo real, cuando se invierte capital en infraestructura fósil, los propietarios del capital harán todo lo posible para obtener beneficios de estas inversiones: una vez construido, es probable que se lleve a cabo un nuevo proyecto de combustibles fósiles. Además, todo el capital invertido en combustibles fósiles es capital que no se está invirtiendo donde más se necesita: en fuentes de energía alternativas.

¿Qué podemos hacer?

Si estás a cargo (o conoces a alguien a cargo) de una institución católica que posea activos financieros, deberías desinvertir de los combustibles fósiles. Significa hacer una declaración pública de que no quieres obtener beneficios de empresas que dañan el medio ambiente, como las compañías de combustibles fósiles.

También puedes, como individuo o institución católica, hacer una declaración con la acción frente a los bancos que dañan el clima. Comprueba si tu banco financia a la industria de los combustibles fósiles (y no te dejes engañar por el “marketing y la información falsa, mecanismos útiles en manos de quienes tienen mayores recursos para incidir en la opinión pública” (LD 29)). Si es así, diles que está mal, dile al mundo que es inaceptable y elige otro banco (si es posible).

¿Por qué éste es el momento adecuado?

“Sólo estamos a tiempo para evitar daños todavía más dramáticos” (LD 16), dice el Papa Francisco. Hay grandes esperanzas de que la COP 28, las negociaciones sobre el clima que tendrán lugar en la EAU del 30 de noviembre al 12 de diciembre, ofrezcan nuevos compromisos en favor de la justicia climática, incluida la eliminación progresiva de los combustibles fósiles.

“Las exigencias que brotan desde abajo en todo el mundo […] pueden terminar presionando a los factores de poder” (LD 38). Lograr que los católicos de todo el mundo alcen su voz y tomen medidas esenciales para atajar las raíces financieras de la creciente extracción de combustibles fósiles puede tener un gran impacto político.

Visita nuestra página web sobre la desinversión para obtener más información y unirte a nuestro compromiso de dejar de invertir en la industria de los combustibles fósiles. https://laudatosimovement.org/es/divestment-es/