Declaración del MLS sobre la COP 28
El resultado del primer balance mundial subraya la alarmante realidad de los insuficientes esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Cumplir el objetivo de 1,5 °C exige recortes sustanciales y rápidos, con una reducción del 43% para 2030 y del 60% para 2035, hasta llegar a cero emisiones netas de dióxido de carbono en 2050.
Lamentablemente, la resolución carece de un plan decisivo para la crucial reducción del 43% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Se centra simplemente en la reducción, no en la eliminación progresiva, de la energía de carbón sin disminuir, omitiendo a los principales emisores, como el petróleo y el gas.[1] Reconocer el papel de los combustibles de transición introduce ambigüedad, permitiendo a los países redefinirlos sin un compromiso claro.[2]
Aunque se reconoce la necesidad de una transición equitativa de los combustibles fósiles, la eficacia del acuerdo se diluye por la ausencia de un plan de eliminación progresiva del petróleo y el gas y la ambigua definición de combustibles de transición. El resultado no aborda la crisis climática con la seriedad que merece, haciéndose eco de las preocupaciones del Papa Francisco sobre la deficiente aplicación y la falta de supervisión de los acuerdos anteriores.[3]
La ausencia indefinida de un plazo para eliminar las subvenciones ineficaces a los combustibles fósiles, especialmente las que no abordan la pobreza energética ni garantizan transiciones justas, deja un amplio margen para las inversiones en curso en la industria. El compromiso se limita a estipular que se actúe “lo antes posible”,[4] haciendo caso omiso de la recomendación de la Agencia Internacional de la Energía de que no hay margen para nuevas expansiones de petróleo y gas más allá de los yacimientos y minas existentes.
La influencia de los Estados productores de petróleo en la COP 28 queda patente en la ausencia de un compromiso de eliminación progresiva del petróleo y el gas, según la declaración. El acuerdo carece de un marco sólido para llevar a cabo una transición energética justa, como subraya Laudate Deum. A pesar del acuerdo sobre una transición justa, la declaración señala que la fluidez del acuerdo de la COP 28 pasa por alto detalles cruciales para su aplicación práctica. Han tenido que pasar 30 años para que la transición de los combustibles fósiles se incluya en un acuerdo de la COP, pero ya es demasiado tarde sin un plan vinculante.
El compromiso de financiar una transición energética justa queda oscurecido por un lenguaje vago que carece de cifras financieras concretas.[5] Los 100.000 millones de dólares anuales prometidos para una transición energética justa siguen sin cumplirse, ya que no se ha alcanzado el objetivo de 2020 debido a las dificultades para obtener fondos de fuentes privadas. A pesar de este déficit, se reconocen y agradecen los esfuerzos que están realizando los países desarrollados para movilizar colectivamente los 100.000 millones de dólares anuales prometidos.[6]
A pesar de estos desafíos, las naciones que abogan por un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles (TNPCF, o FFNPT en inglés) como complemento al Acuerdo de París, abren una puerta a la esperanza. En un acontecimiento digno de mención en la COP 28, tres Estados, entre ellos Colombia, mostraron su apoyo al llamamiento para establecer un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles (TNPCF). A fecha de hoy, 12 Estados han respaldado oficialmente la petición de un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles, una propuesta defendida por las pequeñas naciones insulares. Esto significa un cambio significativo y positivo hacia la priorización de los intereses ecológicos sobre las consideraciones económicas ligadas a la dependencia del petróleo y el gas, según la declaración. La postura proactiva de las personas de fe y de la sociedad civil que abogan por un tratado de este tipo subraya la fuerza y la influencia de las personas a la hora de dar forma a las iniciativas mundiales.
La declaración del MLS explica que, a pesar de la ausencia de la participación directa del Papa Francisco en la COP 28, la resonancia de su exhortación apostólica, Laudate Deum, persiste como una petición urgente. La encíclica hace hincapié en que aún se puede lograr mucho más, un sentimiento que no se materializó plenamente en la COP 28. La disparidad entre las aspiraciones articuladas en Laudate Deum y los resultados de la COP 28 subraya la necesidad de un compromiso y una acción sostenidos para hacer frente a la crisis climática. Los individuos pueden desempeñar un papel vital desinvirtiendo en la industria de los combustibles fósiles, señalando un impulso colectivo para el cambio. Además, abogar por el establecimiento de un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles es crucial para avanzar en los esfuerzos globales por mitigar el impacto del consumo de combustibles fósiles en el medio ambiente.
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[1] Para 28 (b). Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las Partes en el Acuerdo de París. Quinta sesión, Emiratos Árabes Unidos, del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023 Punto 4 del orden del día. Primer balance mundial.
[2] Para 29. Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las Partes en el Acuerdo de París. Quinta sesión, Emiratos Árabes Unidos, del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023 Punto 4 del orden del día. Primer balance mundial
[3] Para 52 Laudate Deum
[4] Para 28 (h). Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las Partes en el Acuerdo de París. Quinta sesión, Emiratos Árabes Unidos, del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023 Punto 4 del orden del día. Primer balance mundial.
[5] Para 69. Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las Partes en el Acuerdo de París. Quinta sesión, Emiratos Árabes Unidos, del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023 Punto 4 del orden del día. Primer balance mundial
[6] Para 80. Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las Partes en el Acuerdo de París. Quinta sesión, Emiratos Árabes Unidos, del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023 Punto 4 del orden del día. Primer balance mundial