Santa Inspiradora
Día de la fiesta: 17 de septiembre

Santa Hildegarda de Bingen (c. 1098-1179) fue una mujer de su tiempo: abadesa, visionaria, mística, compositora y una de las cuatro doctoras de la Iglesia. Procedía de la nobleza y era la menor de diez hermanos. A los dieciocho años, Hildegarda se hizo monja benedictina. A lo largo de su vida experimentó visiones de Dios, viendo a los seres humanos como chispas vivas de Dios, como la luz del sol.

¿Qué inspiración podemos extraer de Santa Hildegarda de Bingen en relación con la Laudato Si’ y el Cuidado de la Creación? Hildegarda veía la armonía en la creación. Tenía una relación con la creación y entendía su sacramentalidad. A través de la Encarnación, Dios se revela a través de nosotros y de la creación. Cada criatura refleja algo de Dios y nos comunica algo. ¿Qué es un sacramento? Hay tres aspectos:

1. Son signos externos – Dios transmite su gracia invisible a través de medios materiales y tangibles

2. Son instituidos por Cristo – creados durante el ministerio público de Jesús y su ascensión al cielo.

3. Son canales de gracia – dan la gracia santificante (participación en la vida divina) y la gracia actual (actúan sobre el alma para dirigirla hacia el bien)

Por lo tanto, un sacramento es un signo sensible que Cristo instituyó, donde se comunica a nuestra alma la gracia y, a su vez, la santificación interior. En el capítulo seis de Laudato Si’, sobre la educación ecológica y la espiritualidad, el Papa Francisco escribe sobre los signos sacramentales:

“Los Sacramentos son un modo privilegiado de cómo la naturaleza es asumida por Dios y se convierte en mediación de la vida sobrenatural. A través del culto somos invitados a abrazar el mundo en un nivel distinto….Para la experiencia cristiana, todas las criaturas del universo material encuentran su verdadero sentido en el Verbo encarnado, porque el Hijo de Dios ha incorporado en su persona parte del universo material, donde ha introducido un germen de transformación definitiva”  (LS 235).

Hildegarda se refiere a menudo a Dios como “el reverdecimiento”, aludiendo al Espíritu y a su poder renovador, que aviva y manifiesta la divinidad en toda la creación. Dice: “La Palabra es vida, ser, espíritu, todo verdor, toda creatividad. Esta Palabra se manifiesta en toda criatura”. En su visión del mundo, la creación puede cantar simplemente a través de un rayo de luz.

Considerando mi propia relación con la creación, quizá pueda profundizar en ella, entendiéndola como sacramental. Cuanto más participo de los sacramentos, más se profundiza mi relación con la creación. Santa Hildegarda de Bingen, ruega por nosotros.