¿El hecho de ser cristiano refuerza el compromiso de proteger nuestra casa común? ¿Existe un vínculo entre la fe y la ecología? ¿Qué esperan los católicos de la Iglesia con respecto a este tema? Estas son las preguntas que aborda un estudio realizado en Francia y publicado el 22 de junio de 2023.

El estudio es fruto del trabajo iniciado por Parlons Climat y A Rocha, al que se han sumado varias organizaciones cristianas. El Movimiento Laudato Si’ fue una de ellas. El IFOP (Instituto Francés de la Opinión Pública) ha realizado una encuesta entre católicos practicantes, que se ha enriquecido con las reflexiones de dos doctorandos, Cléo Schweyer (doctorando en ciencias de la información y la comunicación en la Universidad Lumière-Lyon 2) y Gauthier Simon (doctorando en ciencias políticas en la Universidad de Burdeos).

La originalidad del estudio reside en que se interesa por todos aquellos que se declaran católicos practicantes, independientemente de cómo practiquen su fe, lo que permite obtener perfiles más variados.

Primera conclusión: Los católicos no son escépticos del clima. El 67% cree que el cambio climático es real, que está causado por el comportamiento humano y que debemos cambiar nuestro estilo de vida, exactamente el mismo porcentaje que en el conjunto de la muestra de la población francesa.

El estudio también revela que los católicos más devotos son al mismo tiempo los más comprometidos con las cuestiones medioambientales. Este resultado puede parecer sorprendente para algunos, pero en realidad es bastante coherente. Como señala Gauthier Simon, «el vínculo entre el nivel de práctica y el compromiso medioambiental demuestra claramente que los católicos más comprometidos religiosamente son también los más comprometidos socialmente, lo que confirma otros numerosos estudios sobre la predisposición de la socialización religiosa al compromiso religioso o de otra índole. A medida que la cuestión climática se convierte en un problema social, los católicos más devotos se ocupan de ella».

Pero es, sin duda, al reunir perfiles con las mismas posturas ante los temas medioambientales, independientemente de su práctica religiosa, cuando surgió el resultado más interesante. Tres grupos destacan por la forma en que viven su fe y su compromiso, poniendo de manifiesto el vínculo entre la fe y el compromiso ecológico.

Cléo Schweyer lo explica: «El primer grupo está formado por católicos más bien culturales, poco practicantes y de mayor edad que la media de los encuestados, que consideran que el catolicismo y la identidad de Francia están amenazados: estas personas no son muy sensibles a las cuestiones medioambientales. Los otros dos grupos tienen en común un alto nivel de práctica religiosa y una gran sensibilidad hacia las cuestiones medioambientales, pero de formas distintas. Hay un grupo de ‘eco católicos’ muy comprometidos con las cuestiones medioambientales, pero menos implicados con la Iglesia, y que tienden a practicar de forma individual o ‘desinstitucionalizada’. Por último, hay un grupo de ‘ambivalentemente comprometidos’, claramente más femenino y joven, muy integrado en la Iglesia y comprometido fuera de ella. Este grupo es sensible a la crisis medioambiental pero tiene una relación fuertemente antropocéntrica con la naturaleza, lo que puede explicar que se muestren un poco desorientados sobre las acciones a emprender. Estas tres tendencias parecen reflejar la confusa comunicación ambiental de la Iglesia francesa, así como las diferentes reconfiguraciones observables en el catolicismo actual”.

¿Cómo se puede animar a estos grupos a actuar frente a la crisis ecológica, en un momento en que los científicos nos recuerdan constantemente la urgente necesidad de actuar?

Una de las claves es, sin duda, dar a conocer mejor la encíclica Laudato Si’. El estudio demuestra que el 44% de los católicos ha oído hablar de ella, y que ha llegado a personas ajenas a la Iglesia católica (el 25% de la población francesa ha oído hablar de ella). Sin embargo, muchas de las preguntas planteadas por los «ambivalentemente comprometidos» podrían responderse profundizando en la encíclica. ¿Y cómo no vincular las expectativas de los «eco católicos en retirada» respecto a la Iglesia con la llamada de Laudato Si a la conversión comunitaria?

El próximo Tiempo de la Creación 2023 es una nueva oportunidad para ser proféticos, en consonancia con el tema de este año: Que la justicia y la Paz Fluyan, inspirado en el profeta Amós (Amós 5.24). Haz que el tema sea visible durante las celebraciones, utilizando la Guía de Celebración del Tiempo de la Creación como inspiración, para que todo el mundo conozca el evento y pueda unirse a los que están emprendiendo acciones; proyecta la película La Carta; organiza oraciones que también puedan ser acciones de denuncia profética… ¡No faltan formas de que los católicos de todas las convicciones unan sus fuerzas para salvaguardar nuestra casa común!

Más información: los resultados completos del estudio y una presentación sobre los tres tipos de perfil.