Las encíclicas son cartas promulgadas por el Papa, distribuidas a los fieles católicos y a los «hombres de buena voluntad». Estas cartas se escriben en respuesta a las realidades del mundo actual, especialmente en los ámbitos de la fe y la moral.

La redacción de estas encíclicas es un ejercicio del magisterio del Papa. Las encíclicas exploran estas cuestiones a la luz de la fe cristiana, con el objetivo de informar a la razón humana. El modo en que vivimos y estructuramos las sociedades plantea cuestiones morales.

Las encíclicas sociales, incluida la transformadora Laudato Si’ del Papa Francisco, son un tipo de encíclica que explora cuestiones morales. Analizan la justicia en la sociedad, abordando la situación a partir de las verdades proporcionadas por la razón humana y reveladas por la fe cristiana.

El objetivo es procurar que la vida en sociedad cumpla las exigencias de la justicia, fomentando la verdadera libertad y afirmando la dignidad humana. Las encíclicas sociales proporcionan una hoja de ruta para que los católicos y las personas de buena voluntad disciernan juntos el rumbo de la vida en sociedad. A continuación se presentan las encíclicas sociales que conforman el cuerpo de enseñanzas llamado Doctrina Social Católica:

Rerum Novarum (De las nuevas cosas), León XII, 1891

Considerada como el inicio de la Doctrina Social Católica, esta encíclica explora las injusticias y desigualdades de la Revolución Industrial, señalando las soluciones defectuosas del socialismo y la lucha de clases. El Papa León XIII defiende los derechos de los trabajadores afirmando la dignidad del trabajo, el derecho a la propiedad privada y a formar asociaciones profesionales.

Quadragesimo Anno (El año cuadragésimo), Pío XI, 1931

Escrita en el 40º aniversario de la Rerum Novarum, esta encíclica analiza los fallos del socialismo y del liberalismo económico. La Iglesia está llamada a pronunciarse sobre las cuestiones sociales. El Papa Pío XI pide que se restablezca el orden social, basado en el principio de subsidiariedad, tras la creciente concentración de riqueza y poder en parte del mundo.

Mater et Magistra (Madre y Maestra), Juan XXIII, 1961

La encíclica afirma que la Iglesia es maestra y guardiana de los pobres y oprimidos. El Papa Juan XXIII hace un llamamiento para que las personas vivan como una sola comunidad y trabajen por el bien común. La encíclica presta especial atención a la situación de los agricultores en las economías agrícolas en crisis.

Pacem in Terris (Paz en la tierra), Juan XXIII, 1963

El Papa Juan XXIII examina las relaciones a distintos niveles: entre individuos, comunidades y naciones. La encíclica afirma la necesidad de salvaguardar los derechos humanos y subraya cómo la paz se basa en la confianza mutua, alcanzada sólo a través de la unidad de los asuntos humanos y fundamentada en el respeto mutuo y la ley de Dios.

Populorum Progressio (Sobre el desarrollo de los pueblos), Pablo VI, 1967

Esta encíclica presta atención a la creciente marginación de los pobres. El Papa Pablo VI explora los elementos esenciales del desarrollo humano integral y las condiciones necesarias para el crecimiento de la solidaridad entre todos los pueblos.

Laborem Exercens (Sobre el trabajo humano), Juan Pablo II, 1981

El Papa Juan Pablo II hace un llamamiento a los fieles para que se impliquen en la transformación de los sistemas socioeconómicos. La encíclica subraya la importancia del trabajo como fundamento de la existencia humana, donde el significado del trabajo solo puede entenderse cuando se enfatiza la dignidad del mismo.

Sollicitudo Rei Socialis (La preocupación de la Iglesia por el orden social), Juan Pablo II, 1987

Continuando con el tema del desarrollo de la Populorum Progressio, el Papa Juan Pablo II examina el estado del desarrollo mundial en los últimos veinte años. En esta encíclica, el Papa Juan Pablo II plantea la importancia de considerar la naturaleza moral del desarrollo, la plenitud del ser.

Centesimus Annus (Centenario), Juan Pablo II, 1991

Escrita en el centenario de la Rerum Novarum. Esta encíclica ofrece una crítica a los sistemas económicos actuales, señalando que en algunos sistemas no se puede satisfacer la necesidad humana colectiva a través de sus mecanismos. El Papa Juan Pablo II pide a las naciones que inviertan en el bien común de la humanidad.

Evangelium Vitae (El Evangelio de la Vida), Juan Pablo II, 1995

Arraiga la Encarnación como expresión del amor de Dios, favoreciendo a los más pobres y necesitados. La encíclica se enfrenta a los desafíos del relativismo y de la cultura de la muerte, defendida por el aborto. El Papa Juan Pablo II hace un llamamiento a la evangelización, como motivación para informar las conciencias y transformar la cultura.

Deus Caritas Est (Dios es amor), Benedicto XVI, 2005

Entendiendo el amor de Dios por la humanidad, el mandamiento del amor llama a un compromiso renovado como respuesta a ese amor. Esta encíclica articula la actividad caritativa de la Iglesia como expresión del amor de Dios. La caridad debe basarse en el encuentro personal con Cristo, que despierta el sentido del amor al prójimo.

Caritas in Veritate (Caridad en la Verdad), Benedicto XVI, 2009

El Papa Benedicto XVI profundiza en la doctrina social de la Iglesia, fundamentándola en el amor y la verdad. La justicia está vinculada a la caridad y los fieles están llamados a practicar la justicia para el bien común. La construcción de un futuro de paz, justicia y amor depende de los valores fundamentales de la justicia y la caridad.

Más información sobre las encíclicas y la doctrina social católica

-Escrito por Patrick Laorden